O de otro modo empezar, Érase una vez en una Era Perdida y Desorientada en Modo General, una des/aventura entorpecida, enclenque y esquelética, pero atestada de una particular energía apenas conocida por el mundo hecho de polvos y partículas y ondas post-cuánticas. Con polvos nos referimos tanto al inmaculado saber bíblico "del polvo somos y al polvo volvemos" como los polvos que el género masculino le hecha, no en la cara, mas bien en el interior de la vulva de la hembra. Evidentemente esto ha generado una controversia peculiar con algún sector del feminimismo militante, pero no es un punto a desarrollar en nuestro relato.
O tal vez, Érase alguna vez en un algún rincón ópaco del Ciberespacio el surgimiento de un machucado relato que podría ser real o de ficción según el esquema con el cual se lo comprenda.
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