martes

Monq, historia de una rata en los mares

lo que soñé para tí, no era esto, has defraudado a la vieja estirpe de sables cruzados...., quedas expulsado de la Orden, desterrado de la ciudad, estás condenado a vagar por los mares, zarandeado por las olas, sin pisar jamás tierra firme... .- dijo impasible Melgoq en su inmaculada constipación cósmica

yo, por otra parte sin muchos preámbulo, absolutamente inconsciente de la suerte que estaba corriendo, tomé la balsa y me largué de allí lo mas rápido que tuve, sin tomar nada de lo que me pertenecía, un estúpido descuído que iba a sufrir a mares, literalmente a mares.

Así es como este ínfimo relato comienza, con la expulsión de Monq del paraíso, por así decirlo, aunque no era precisamente un paraíso aquello, como notarán en la ansiedad que nuestro a-héroe tuvo al salir de allí, corriendo como una rata, precisamente porque Monq era toda una rata.

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